lunes, 10 de febrero de 2014

Las Ambiciones Verdaderas y las Falsas

Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Mateo 6.33

Jesús contrasta lo que buscan los paganos y lo que deben buscar los cristianos en primer lugar. Lo que buscamos es aquello que es para nosotros el bien supremo al cual consagramos la vida. Se convierte en nuestra preocupación, en nuestra ambición. Jesús reduce las opciones a sólo dos. Los paganos se obsesionan con su bienestar material (comida, bebida, vestimenta), en tanto que los cristianos deberíamos preocuparnos en primer lugar por el reino y la justicia de Dios, y por su difusión en todo el mundo.

Jesús comienza por el aspecto negativo. En tres ocasiones repite la prohibición de afligirnos por las cosas materiales. No prohibe el pensar o el anticipar, sino la ansiedad. La actitud ansiosa es incompatible con la fe cristiana. Si Dios se ocupa de nuestra vida y de nuestro cuerpo, ¿no podemos entonces confiar en que se ocupará de qué comeremos y qué vestiremos? Si Dios alimenta las aves y viste a los lirios del campo, ¿no podemos confiar en que nos alimente y nos vista?

Por otro lado, no debemos entender mal su enseñanza. En primer lugar, confiar en el Señor no nos exime de trabajar para ganarnos el sustento. ¿Cómo alimenta Dios a las aves? ¡La respuesta es que no lo hace! Jesús era un gran observador de la naturaleza. Sabía que las aves se alimentan a sí mismas. En segundo lugar, confiar en él no nos exime de sufrir calamidades. Es verdad, ningún gorrión cae al suelo sin que nuestro Padre lo sepa. Pero los gorriones caen y se mueren. Lo mismo ocurre con los seres humanos. Y con los aviones.

En lugar de preocuparnos por las cosas materiales, los seguidores de Jesús debemos buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. Buscar el reino de Dios es proclamar a Cristo como Rey, de manera que la gente esté dispuesta a someterse a su gobierno. Buscar la justicia de Dios es recordar que él ama a la justicia y odia el mal, y que aún fuera del círculo de su reinado le agrada más la justicia que la injusticia, la libertad más que la opresión, y la paz más que la violencia y la guerra. En esta doble ambición se combinan nuestras responsabilidades evangélicas y sociales, y la gloria de Dios se convierte en nuestro supremo interés.


Para seguir leyendo: Mateo 6.25-34


Tomado de Toda la Biblia en un Año  de John Stott

En Jesús de Nazareth: nuestros Corazones, nuestras Mentes y nuestras Puertas, están abiertos para Dios, están abiertos a la Vida y están abiertos para Ti.