jueves, 8 de mayo de 2014

Vida y Ministerio de Jesús

Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas.
Hechos 2.22

Ayer vimos que Pedro aplicó la profecía de Joel al evento de Pentecostés. Sin embargo, la mejor manera de entender Pentecostés no es a partir de la predicación del Antiguo Testamento sino por medio del cumplimiento en el Nuevo Testamento, no desde Joel sino desde Jesús.

Cuando Pedro ordenó a la gente de Israel que lo escuchara, sus primerísimas palabras después de citar a Joel fueron 'Jesús Nazareno'. Debería ser así en todo acto de evangelización. En cada proclamación del evangelio, el evangelista sabio lleva una y otra vez la conversación a la persona y obra de Jesucristo. Como escribiera más tarde Pablo al comienzo de su carta a los Romanos, el evangelio de Dios es acerca del Hijo de Dios. T.R. Glover escribió en su libro The Jesus of History (El Jesús de la Historia) que 'Jesús es la esencia y el corazón del movimiento cristiano, y todavía domina a los hombres, todavía cautiva a los hombres'.

Después del nombre de Jesús, Pedro continuó presentando su historia en seis pasos, el primero de los cuales es su vida y ministerio: 'varón aprobado por Dios'. Esta es una expresión asombrosa. No sabemos si estaba afirmando aquí la persona divina y humana de Jesús. Sin embargo, el apóstol si percibía que en Jesús había a la vez una realidad humana y una realidad divina.

Además, Pedro enfatizó la confirmación de Jesús reuniendo las tres palabras del Nuevo Testamento que se refieren a los milagros que Dios realizó públicamente por medio de él, es decir:  milagros, maravillas y señales. La primera de estas palabras, milagros (dunamis). La segunda palabra, maravillas (terata), indica sus consecuencias; esos actos provocaban asombro en quienes los presenciaban. Y la tercera palabra, señales (semaia), indica su propósito; tenían el objetivo de comunicar significado, de convalidar las declaraciones del Mesías.

Para seguir leyendo: Hechos 10.38-39
Tomado de Toda la Biblia en un Año  de John Stott

En Jesús de Nazareth: nuestros Corazones, nuestras Mentes y nuestras Puertas, están abiertos para Dios, están abiertos a la Vida y están abiertos para Ti.