miércoles, 21 de mayo de 2014

La Sanidad del Paralítico

Por creer en Jesús… le ha devuelto totalmente la salud, como podéis comprobar.
Hechos 3.16

La iglesia llena de poder recibió inmediata oposición. La táctica más cruda del diablo fue la violencia física o la perse
cución; también la corrupción moral. Su tercera y más sutil táctica fue distraer de las prioridades de la predicación y la oración. En síntesis: persecución, corrupción, distracción. El diablo no ha cambiado sus tácticas.

La sanidad de un paralítico a la entrada del templo provocó la oposición de las autoridades judías, Como también lo hizo el segundo sermón de Pedro, predicado a continuación.

Los apóstoles Pedro y Juan subían al templo a las tres de la tarde, el horario de la oración. Todos los judíos y prosélitos piadosos observaban esta costumbre. La llegada de los apóstoles al templo coincidió con la llegada de un paralítico, al parecer cargado por sus amigos y parientes. El sitio del paralítico, dice Lucas, era 'la puerta del templo que se llama la hermosa' (v. 2). Los comentadores, en general, la identifican como la Puerta Nicanor, la entrada principal ubicada al oriente. Según Josefo, estaba construida de bronce corintio, y 'superaba en gran manera a las que estaban cubiertas únicamente con plata y oro'. Tenía unos 25 metros de altura y estaba compuesta por enormes puertas dobles.

Pero a los pies de esta magnífica estructura había un paralítico pidiendo limosna. El interés médico de Lucas queda evidenciado por la breve historia clínica que incluye. El paciente era un caso congénito, nos dice; nunca había caminado. Tenía más de 40 años de edad, y su discapacidad era grave porque debía ser cargado cada día al lugar. Pero cuando Pedro le dijo en el nombre de Jesús que se pusiera de pie y caminara, se produjo un milagro ortopédico. Sus pies y sus tobillos cobraron fuerza, tanta firmeza y agilidad que saltó sobre sus pies y comenzó a caminar, algo que nunca antes había hecho. Entró al templo acompañando a Pedro y a Juan, caminando, saltando, y alabando a Dios. Fue un asombroso cumplimiento de la profecía mesiánica: 'entonces el cojo saltará como un ciervo' (Isaías 35.6).

Rápidamente se juntó una multitud, porque lo veían 'andar y alabar a Dios' (Hechos 3.9). Lo reconocían como el mismo hombre que habían visto durante décadas, ya que todos los días estaba allí, Pidiendo limosna. 'Y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido' (v. 10).

Para seguir leyendo: Hechos 3.1-10
Tomado de Toda la Biblia en un Año  de John Stott.

En Jesús de Nazareth: nuestros Corazones, nuestras Mentes y nuestras Puertas, están abiertos para Dios, están abiertos a la Vida y están abiertos para Ti.