Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro.
Gálatas 1.6-7
Antioquía de Siria |
Los judaizantes 'provocadores de conflicto' habían llegado a las ciudades de Galacia y también estaban logrando algún éxito allí, para asombro del apóstol Pablo. Algunos argumentaban que venían de parte de Jacobo, aunque este más tarde declaró que carecían de su autorización (Hechos 15.24). Tan grave era la situación que en su carta el apóstol la enjuició como una traición y emitió un solemne juicio contra cualquiera (angelical o humano, incluso sobre sí mismo) que pervirtiera el evangelio de la Buena Noticia de la gracia (el favor libre e inmerecido de Dios) y anunciara una religión de la justicia por obras. Pablo fue tan lejos como para decir que si tuviéramos que ganar nuestra salvación por obediencia a la ley, entonces 'Cristo habría muerto inútilmente' (Gálatas 2.21, BLP). Es decir, si decimos que podemos ganar la salvación por nuestra mérito, estamos implicando que la cruz no fue necesaria.
Considero que Gálatas es la primera carta que escribió Pablo. Na contiene ninguna referencia al Concilia de Jerusalén, cuyas decisiones hubieran sido relevantes a la controversia que había surgido. Hasta es posible que la haya escrito camino al concilio, porque en la carta se percibe su indignación ante los judaizantes que socavaban su autoridad y pervertían el evangelio.
Pablo comienza y termina con una referencia a la gracia (1.3; 6.18). El evangelio es la buena noticia de la gracia de Dios; no hay otro evangelio.
Para seguir leyendo: Gálatas 1.6-9
Tomado de Toda la Biblia en un Año de John Stott.